UniCartagena: 7 institutos para transformar el Caribe y enfrentar retos globales

A través de sus siete institutos de investigación, esta institución pública no solo lidera procesos académicos en el Caribe colombiano, sino que ha alcanzado una proyección nacional e internacional.

Instalaciones de la Universidad de Cartagena. // Foto: Julio Castaño – El Universal

En medio de los desafíos que impone el siglo XXI, cambio climático, inteligencia artificial, migraciones, crisis sanitarias, conflicto armado y transformación educativa, la Universidad de Cartagena se consolida como uno de los centros de pensamiento e innovación científica más influyentes del país. A través de sus siete institutos de investigación, esta institución pública no solo lidera procesos académicos en el Caribe colombiano, sino que ha alcanzado una proyección nacional e internacional que la posiciona entre las universidades más destacadas en generación de conocimiento con impacto social.

Los siete institutos de investigación de la Universidad de Cartagena

El Instituto de Investigaciones Inmunológicas de la Universidad de Cartagena, dirigido por el Dr. Luis Caraballo, es hoy la referencia para el estudio del asma en el Caribe. Las investigaciones de este grupo de trabajo dieron como resultados la caracterización por primera vez los fenotipos de asma infantil y validaron biomarcadores T2 aplicables en la consulta diaria, debidas a reacciones adversas a medicamentos. A escala nacional, el Instituto lideró el primer estudio de prevalencia de asma con diagnóstico molecular en cinco ciudades; demostró que los alérgenos de Blomia tropicalis: Blo t 5 y Blo t 21, duplican el riesgo de asma y deben incorporarse en los test de diagnósticos en los colombianos, hallazgo que disparó programas de tamizaje escolar y formó una red de jóvenes alergólogos y salubristas desde La Guajira hasta el Pacífico.

En el escenario internacional, la caracterización de más de 20 alérgenos y la revisión histórica de B. tropicalis firmada por el equipo cartagenero, forjaron la agenda mundial sobre ácaros y abrieron camino a vacunas de nueva generación B. tropicalis. Sus datos nutrieron el senso sobre hipersensibilidad a ácaros, referencia para sociedades médicas de los cinco continentes, y su trabajo en epigenética y coinfección parasitaria figura en guías europeas y latinoamericanas sobre sensibilización de los pacientes a los alérgenos de B. tropicalis. Con más de 200 publicaciones indexadas, un banco de alérgenos recombinantes único en la región y colaboraciones activas con Asia, África y Norteamérica, el instituto demuestra que la ciencia hecha en el Caribe puede moldear la medicina de precisión y las políticas de salud respiratoria a escala global. 

Bajo la dirección del doctor Amaranto Daniels, el Instituto Internacional de Estudios del Caribe se ha convertido en un laboratorio de ideas que ha redefinido la agenda académica sobre el Caribe colombiano. Su línea de trabajo combina investigación histórica y análisis contemporáneo para entender dinámicas de conflicto, desarrollo y memoria, con un foco privilegiado en los Montes de María. Desde este enclave estratégico, el instituto articula a historiadores, economistas y sociólogos en proyectos de largo aliento que documentan la realidad agraria, la reconfiguración territorial tras el conflicto armado y la resiliencia comunitaria; resultados que se difunden en monografías de referencia, como Estudios contemporáneos sobre el Caribe, y en los Seminarios Internacionales de Estudios del Caribe, donde confluyen expertos de América y Europa para discutir hallazgos que pasan a engrosar la bibliografía obligada de maestrías y doctorados dedicados a la región.

El impacto territorial se traduce en prácticas concretas: el Observatorio Montes de María, coordinado por Daniels, monitorea indicadores sociales y ambientales para respaldar políticas locales, mientras programas de formación incuban talentos surgidos de escuelas rurales que hoy impacta en la agenda de paz de la región Caribe colombiana. Al mismo tiempo, el Instituto Internacional de Estudios del Caribe actúa como bisagra entre comunidad y Estado, asesorando en proyectos de memoria histórica y desarrollo rural que han guiado planes de reparación colectiva y economías alternativas basadas en la diversidad biocultural del litoral y la subregión montemariana. Este modelo de investigación-acción, anclado en una red académica trinacional fomentada por el Instituto, ha situado a los Montes de María, antes sinónimo de exclusión, en el mapa global de estudios caribeños y ha proporcionado insumos clave para organismos multilaterales que diseñan intervenciones de paz y reconstrucción territorial en Colombia.

Desde su creación en 2008, el Instituto de Políticas Públicas Regionales y de Gobierno (IPREG) de la Universidad de Cartagena se ha convertido en la bisagra entre la investigación académica y la toma de decisiones públicas en el Caribe colombiano. Bajo la dirección de Julio Amézquita López, este centro acumula dieciséis años de consultoría en derechos humanos, planeación y gestión pública, asesorando a alcaldías, gobernaciones y entidades nacionales que buscan respaldo técnico para formular o evaluar políticas. Su proyección trasciende las fronteras regionales gracias a alianzas con la Organización de Estados Iberoamericanos, que respalda sus programas de ciencia-tecnología-sociedad, y a su activa participación en la Red Internacional de Evaluación de Políticas Públicas, donde comparte metodologías de descentralización y gobernanza con pares de América Latina y Europa.

Ese bagaje se refleja en el norte de Bolívar, donde el IPREG diseñó, junto con la Cámara de Comercio de Cartagena, los lineamientos de desarrollo productivo para 19 municipios, empleando estándares de la Agencia Estatal de Evaluación y Calidad de España y una hoja de ruta construida con comunidades y gremios locales. El proceso, basado en diagnósticos participativos, encuestas y mesas de trabajo, generó un modelo de planeación territorial que hoy replican otros entes departamentales: combina análisis de supervivencia empresarial con presupuestos participativos y un esquema de seguimiento ciudadano a las metas públicas. Al demostrar que la planificación concertada eleva la legitimidad institucional y la eficacia del gasto, el IPREG afianza su influencia como laboratorio de políticas replicables en Colombia y referente de buena gobernanza en la cuenca del Caribe. 

El Instituto de Matemáticas Aplicadas, el área básica de las matemáticas y los teoremas es el fuerte de este instituto. f (t,x,v): R+ ×Rn ×Rn → R+, la descripción de ecuaciones y funciones como la anterior son el pan de cada día de los investigadores que trabajan en el instituto. Bajo el liderazgo del doctor Rafael Galeano Andrade, este instituto pasó de ser un pequeño semillero académico a convertirse en un referente latinoamericano en teoría cinética. En la última década, el Instituto ha firmado una serie de contribuciones pioneras sobre la ecuación de Boltzmann, desde la unicidad de sus soluciones, hasta enfoques funcionales basados en la alternativa de Leray-Schauder, métodos variacionales y técnicas de Morse para sistemas estacionarios, que hoy son citadas por grupos de Europa y Asia. Ese caudal de resultados se tradujo en nuevos posgrados, créditos internacionales y la inclusión del instituto en redes de investigación como el Programa de Doctorado en Ciencias Físicas, donde el profesor Galeano fue pieza clave para consolidar la primera línea regional en modelación de gases rarificados.

El impacto trasciende la academia: el Instituto de Matemáticas Aplicadas abastece de talento matemático a políticas públicas de ciencia y tecnología en la región Caribe, asesora proyectos energéticos, y ha graduado a decenas de maestros y doctores que hoy fortalecen la enseñanza de las STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas por sus siglas en inglés) en colegios y universidades públicas. Entre las tesis dirigidas sobresale la de Julio Cisneros Lorduy, que adaptó resultados del instituto al estudio de fuerzas externas en plasmas, abriendo un frente aplicado en meteorología espacial. Con esta combinación de investigación de frontera, formación avanzada y transferencia de conocimiento, el instituto se consolida como una política exitosa de fortalecimiento institucional y una plataforma estratégica para el desarrollo científico de la Costa Caribe.

En apenas dos décadas, el Instituto de Hidráulica y Saneamiento Ambiental, dirigido por el ing. Dr. Alfonso Arrieta Pastrana, ha tejido una agenda que articula ingeniería costera, saneamiento urbano y gestión hídrica regional. Entre sus hitos destacan las metodologías hidrodinámicas simplificadas con las que evalúa diques y bocanas en aguas someras, probadas en la entrada mareal de Cartagena, que acortan los tiempos de simulación sin perder rigor científico. El mismo Grupo combina ahora teledetección y modelos hidrológicos para cuantificar cómo la pérdida de vegetación eleva hasta 15 % los caudales pico en cuencas como Guayepo (Departamento del Atlantico), insumo clave para la ordenación del territorio y la protección costera. En los temas de saneamiento, sus estudios sobre tanques hidroneumáticos apoyados en aprendizaje automático permiten predecir golpes de ariete y prevenir roturas en redes presurizadas, aportando soluciones de bajo costo a las operadoras de agua de la región.

El impacto rebasa los laboratorios universitarios. El Instituto de Hidráulica y Saneamiento Ambiental encabezó la revisión del Plan Maestro de Drenajes Pluviales de Cartagena y entregó los estudios hidrológico-hidráulicos que hoy orientan las obras de canalización del distrito y de la Corporación Regional Autónoma. Sus procedimientos para estimar avenidas extremas en cuencas urbanas con datos limitados, validados en el Canal Ricaurte y publicados, se han convertido en referencia para municipios caribeños que buscan digitalizar sus sistemas de drenaje y responden a las recomendaciones de organismos hídricos internacionales sobre modelación en territorios sin aforo. Con esta mezcla de investigación aplicada, consultoría y formación de talento, Arrieta Pastrana ha posicionado al instituto como socio obligado de autoridades locales y agencias multilaterales que necesitan soluciones asequibles frente al estrés hídrico y a los eventos climáticos cada vez más extremos en el Caribe colombiano.

En apenas un año y medio año de operación, el Instituto Internacional de Investigaciones Jurídicas (IIIJ), dirigido por el doctor Yezid Carrillo De la Rosa, irrumpió en el debate latinoamericano con una agenda que reivindica el derecho desde el Sur global y lo piensa en clave intercultural. En más reciente publicación, La tradición jurídica romanista o del civil law (Editorial Universitaria, 2024), replantea los cimientos del Derecho comparado con una lectura descolonial y ya circula en facultades de toda Iberoamérica. Ese mismo espíritu se vio en el pasado mes mayo, cuando el IIIJ acompañó, como organizador, al III Foro Internacional sobre Pluralismo Jurídico, Derecho Propio y Antirracismo celebrado en Santa Marta, espacio donde defendió la justicia restaurativa y el pluralismo jurídico como ejes para una reforma de las instituciones desde abajo. En un país que aún mira al Norte para validar sus reformas, el Instituto se planta como un actor nuevo, incómodo y necesario.

Su principal labor, sin embargo, se nota en el aula: la planta docente, especialistas en filosofía del derecho, litigio estratégico y teorías críticas, desplegó talleres de argumentación con casos de justicia restaurativa, clínicas socio-jurídicas en barrios periféricos y seminarios de pluralismo y derechos indígenas. Estas prácticas, ancladas en la investigación del propio Carrillo y su equipo de colaboradores sobre positivismo incluyente y separación derecho-moral, han duplicado la matrícula optativa en materias de ética judicial y aumentado en 40 % las pasantías con impacto comunitario, según cifras internas de la Facultad de Derecho. Formar abogados capaces de dialogar con jueces tradicionales y cortes estatales, sin perder de vista las heridas coloniales, es hoy la huella más visible de un Instituto que, desde Cartagena, comienza a redefinir la brújula jurídica de la región.

Con apenas seis meses de existencia pero con un robusto equipo de investigadores, el Instituto de Investigación en Cambio Climático y Desarrollo Sostenible de la Universidad de Cartagena se ha convertido en un laboratorio vivo de soluciones para la crisis ambiental del Caribe colombiano. Bajo la dirección del químico farmacéutico y doctor en toxicologá ambiental Jesús Olivero Verbel, la nueva unidad articula a los grupos Química Analítica y Computacional y Biotoxam de la Universidad de Cartagena en torno a cuatro frentes estratégicos: toxicología ambiental, salud pública, biodiversidad y transición energética. Su hoja de ruta incluye investigación aplicada, consultorías para el sector público-privado y programas de formación doctoral y de maestría, con el sello de calidad que le otorgan los grupos A1 clasificados por el Ministerio de Ciencia y Tecnología (Minciencias). Ese músculo académico y de investigación ya se traduce en cifras: proyectos que monitorizan la huella de mercurio en zonas mineras, diseños de sistemas de alerta sanitaria y una red de cooperación con universidades latinoamericanas y europeas para estudiar los impactos del calentamiento global en ecosistemas costeros.

Pero el impacto se mide también en resultados concretos. El equipo de Olivero demostró que la especie vegetal Jatropha curcas, comúnmente conocida como piñón, puede extraer hasta 7,25 µg Hg g-1 de suelos auríferos contaminados, ofreciendo una opción real de fito-remediación para territorios devastados por la minería artesanal. En paralelo, sus investigadores impulsan el concepto de química verde para reemplazar procesos industriales altamente tóxicos, y evalúan biopesticidas basados en aceites esenciales que controlan plagas sin dañar a los depredadores naturales, pieza clave de los cultivos resilientes al clima. La combinación de ciencia dura, enfoque humanista y alianzas internacionales posiciona al Instituto como un actor estratégico para que Colombia cumpla sus metas de carbono-cero y adaptación, demostrando que la investigación universitaria puede, y debe, intervenir en la agenda pública cuando la emergencia climática llama a la puerta.

Así, la Vicerrectoría de Investigación de la Universidad de Cartagena, a través de estos 7 institutos, demuestra que es posible construir ciencia con raíces locales y vocación global. Desde el Caribe colombiano, genera conocimiento pertinente, transforma realidades y reafirma su lugar como una universidad pública de excelencia, conectada con los grandes debates de la humanidad.

Tomado de El Universal

Leer publicación en: https://www.eluniversal.com.co/cartagena/2025/07/30/unicartagena-7-institutos-para-transformar-el-caribe-y-enfrentar-retos-globales/